La quiebra de la exisapre Masvida, un proceso que ha mantenido la atención del sector de la salud en Chile por más de siete años, ha vuelto a encender las alarmas. En esta ocasión, el grupo mexicano Femsa, a través de sus empresas Oncovida y Farmacias Cruz Verde, ha puesto en la mira a la Superintendencia de Salud (SIS) exigiendo mayor transparencia en el manejo de los activos de la fallida aseguradora.
Todo comenzó cuando la Superintendencia de Salud decidió transferir $10.503 millones a la Isapre Nueva Masvida (INMV), la compañía que heredó la cartera de la exisapre Masvida. Según la SIS, esta transferencia fue justificada porque los nuevos dueños de INMV, la estadounidense Nexus, cubrieron con recursos propios los excedentes que sus predecesores debían haber asegurado.
Sin embargo, esta medida no fue bien recibida por Femsa, que es uno de los principales acreedores de Masvida. A través de dos escritos presentados en julio y agosto, Femsa cuestionó la decisión, solicitó que se transparentaran los antecedentes que la motivaron y advirtió sobre la continua reducción de la masa de activos disponible para repartir entre los acreedores.
El abogado de Femsa Salud, Cristóbal Osorio, expresó su descontento con la falta de respuesta por parte de la SIS. “Nos encontramos con un regulador que ha optado por encerrarse en una habitación (...) Nos sorprende que, cuando tocamos la puerta del regulador para aportar antecedentes y participar en la resolución, nos encontramos con que están totalmente encerrados y eso nos genera muchas dudas”, señaló Osorio en conversación con Diario Financiero.
Durante los siete años que ha durado el proceso, Femsa afirma que aún no ha recibido ningún pago correspondiente a la garantía de Masvida. Este hecho, según Osorio, es alarmante y destaca la falta de transparencia en todo el procedimiento.
El abogado subrayó que este caso no solo afecta a la liquidación específica de Masvida, sino que tiene implicaciones más amplias sobre la regulación de las isapres en Chile y lo que sucede cuando una de estas aseguradoras cae en insolvencia. “Femsa no tiene nada que temer; lo único que ha hecho es ejercer con convicción todas las acciones de derechos que entiende que le corresponden”, afirmó Osorio, descartando que estén obstaculizando el proceso.
En sus escritos, Femsa también cuestionó que las decisiones de la SIS se basaran en un informe de la consultora Surlatina, contratado por la propia isapre, sin realizar auditorías independientes. A su juicio, esto pone en entredicho la validez de los pagos realizados.
Ante las críticas de Femsa, la SIS respondió que las presentaciones están siendo analizadas y que las respuestas se entregarán dentro del plazo legal. La autoridad aseguró que Femsa no tiene la calidad de interviniente en el proceso, lo que dificulta su acceso a todos los detalles del mismo.
Además, la SIS destacó que el superintendente Víctor Torres ha asistido al Congreso para aclarar los aspectos judiciales y administrativos del proceso y reiteró que cualquier solicitud realizada bajo la ley de transparencia será respondida oportunamente.
El conflicto entre Femsa y la SIS parece lejos de resolverse. Con los activos de Masvida reduciéndose y las preguntas de Femsa aún sin respuesta, el proceso de quiebra de la exisapre Masvida se perfila como un caso emblemático que podría sentar precedentes para la regulación futura de las isapres en Chile.
La situación plantea interrogantes sobre la transparencia y la equidad en los procesos de liquidación de aseguradoras de salud, lo que podría afectar a otros actores en el sector en caso de futuras insolvencias. 🌐