Spirit Airlines, la aerolínea icónica por sus aviones amarillos y su modelo de tarifas ultra-low-cost, está en medio de una grave crisis financiera que la ha llevado a considerar una posible declaración de bancarrota bajo el Capítulo 11. El reciente desplome de sus acciones, que alcanzaron un mínimo histórico de $1,69 tras caer un 24% el viernes pasado, refleja la difícil situación que enfrenta.
La aerolínea enfrenta varios desafíos financieros críticos que explican su situación:
1-Deuda pendiente: Spirit tiene una deuda de $1.100 millones, garantizada por su programa de lealtad, que vence en septiembre de 2025. Sin embargo, la fecha clave es el 21 de octubre de 2024, cuando debe refinanciar o extender esta deuda para evitar una mayor crisis de liquidez.
2- Pérdidas sostenidas: Desde el 2020, Spirit ha reportado pérdidas significativas. Solo en el segundo trimestre de 2024, la aerolínea reportó una pérdida de $193 millones, lo que ha aumentado la presión para reducir costos y ajustar su operación.
3- Acciones en picada: Las acciones de Spirit han caído casi un 90% en lo que va del año, un reflejo directo de su difícil situación financiera y la falta de confianza en el mercado sobre su capacidad para sobrevivir sin declararse en bancarrota.
4- Capacidad reducida: En un intento por controlar los costos, Spirit anunció una reducción del 17% en su capacidad prevista para noviembre y diciembre. Además, ha tomado medidas como la postergación de pedidos de aviones Airbus y el despido temporal de pilotos.
Los problemas de Spirit no surgieron de un día para otro. Existen varios factores que han llevado a la aerolínea a su actual estado de vulnerabilidad:
1-Bloqueo de la fusión con JetBlue: Uno de los momentos más críticos para Spirit fue el bloqueo de su fusión con JetBlue Airways a inicios de 2024. Ambas aerolíneas esperaban que esta adquisición fortaleciera su posición competitiva en el mercado, pero la decisión del Departamento de Justicia de bloquear la fusión, bajo preocupaciones de monopolio, dejó a Spirit luchando por su cuenta en un mercado cada vez más competitivo.
2-Cambio en los patrones de viaje: La pandemia alteró de forma drástica los hábitos de los viajeros. A pesar de ser conocida por sus tarifas ultra-bajas, Spirit no ha logrado adaptarse a los cambios en la demanda de vuelos post-pandemia, donde los viajeros buscan cada vez más comodidad y flexibilidad.
3-Aumento de costos operativos: Los costos operativos de la aerolínea han aumentado significativamente debido, en parte, a un recall de motores Pratt & Whitney. Este problema ha reducido su capacidad operativa, afectando no solo su eficiencia, sino también su reputación en cuanto a puntualidad y confiabilidad, elementos clave para las aerolíneas de bajo costo.
3-Competencia feroz: A lo largo de los años, las grandes aerolíneas han aprendido a replicar el modelo de tarifas económicas de Spirit, lo que ha intensificado la competencia. American Airlines y otras grandes aerolíneas han lanzado productos de tarifas reducidas, lo que ha afectado la capacidad de Spirit para seguir siendo competitiva en ese nicho.
El Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos es un proceso de reestructuración que permitiría a Spirit Airlines reorganizar sus finanzas sin tener que detener sus operaciones. Esto implicaría una renegociación con sus acreedores y la implementación de un plan para ajustar sus deudas y gastos. Aunque es una oportunidad para evitar la liquidación completa, el proceso conllevaría un desgaste en la imagen pública de la aerolínea y una pérdida de confianza tanto de los consumidores como de los inversores.
El CEO de Spirit, Ted Christie, ha afirmado que la aerolínea está comprometida en buscar una solución que les permita fortalecer su balance y volver a la rentabilidad. Sin embargo, la fecha límite del 21 de octubre para refinanciar su deuda es crítica, y si no logran un acuerdo favorable con los acreedores, la declaración de bancarrota bajo el Capítulo 11 podría ser inevitable.
El futuro de Spirit está en juego. Su posible quiebra no solo afectaría a la aerolínea, sino también al sector de bajo costo, donde competidores como Frontier Airlines ya están viendo una oportunidad para ganar cuota de mercado, como lo demuestran las acciones de Frontier que aumentaron un 16% tras conocerse la noticia.