El Club de la Unión de Santiago ha solicitado someterse a un procedimiento de reorganización concursal para evitar su liquidación forzosa. Esta medida fue tomada después de que el 21 de febrero de 2024, dos exfuncionarios pidieran al 14º Juzgado Civil de Santiago declarar la quiebra de la entidad, exigiendo el pago de $180 millones en prestaciones laborales.
Desde el estallido social de octubre de 2019 y las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19, el Club de la Unión ha enfrentado una complicada situación económica que se ha agravado en los últimos meses. Este martes, el 14º Juzgado Civil de Santiago había agendado la audiencia de liquidación forzosa, pero los abogados del club, Luis Felipe Castañeda y Juan Cristóbal Pino, solicitaron en su lugar la reorganización concursal de la compañía. El tribunal otorgó un plazo de cinco días hábiles para que los asesores legales entreguen documentos contables detallando sus activos y pasivos.
En la solicitud presentada ante el juzgado, el Club de la Unión se detalló como una persona jurídica de derecho privado y enumeró a sus tres mayores acreedores:
Conocedores del proceso explicaron que la deuda total del Club de la Unión asciende a $1.800 millones.
El edificio ocupado por el Club de la Unión, ubicado en Alameda 1091, es un emblema arquitectónico de Santiago, fundado el 8 de julio de 1864. El inmueble, construido en 1925 bajo la presidencia de Luis Barros Borgoño por el arquitecto Alberto Cruz Montt, fue declarado Monumento Histórico en 1981. La propiedad pertenece a la sociedad Unión Inmobiliaria, que en 1946 entregó la sede en comodato al Club de la Unión hasta 2099.
En 1981, el edificio fue declarado Monumento Histórico y en 1989 se incluyó en la zona típica "Barrio la Bolsa". Esta área, junto con otros edificios, representa la modernidad de Santiago a principios del siglo XX.
Unión Inmobiliaria reportó en 2023 ingresos por $35 millones, provenientes de los aportes del Club Social. La reorganización concursal busca asegurar la continuidad del Club de la Unión, permitiendo reestructurar su deuda y evitar la liquidación forzosa. La situación actual es un reflejo de los desafíos económicos que enfrenta una de las instituciones más emblemáticas de Santiago, que ha sido un punto de encuentro para debates y eventos sociales y políticos desde su fundación.
El futuro del Club de la Unión dependerá de su capacidad para gestionar sus deudas y reorganizarse financieramente, manteniendo así su legado histórico y cultural en la capital chilena.